A continuación se expone una lista de rasgos lingüísticos estrictamente sincrónicos,
unos específicamente aragoneses, otros de áreas más amplias (pero desconocidos,
marginales o desaparecidos en la Iberorromania), otros, en fin, presentes en otras partes
de la Romania -o en otras épocas- y que, todos en su conjunto, dan al aragonés una
fisonomía propia y peculiar y lo caracterizan tipológicamente. La mayoría de estos
rasgos han sido explicados sucintamente en la descripción gramatical que antecede. Rasgos
fonológicos
1- Peculiar linea entonativa en las variedades de los altos valles.
2- Tono ascendente que sirve como marca de fin de palabra (fonológica).
3- Resistencia a las palabras esdrújulas.
Parece ser un conjunto de fenómenos de área lingüística (y, probablemente, de
sustrato) relacionado con fenómenos análogos en todo el occitano (aversión a las
esdrújulas) y específicamente en el gascón (entonación y desplazamiento de acento).
Desde un punto de vista estructural, existe una estrecha relación entre el rasgo 3 y el 2
(y otros similares: desarrollo de acentos secundarios en la conjugación y en la
afijación de clíticos).
Algunos arcaismos panrománicos
4- Concordancia del participio pasivo con el objeto directo (representado por un
pronombre átono).
5- Auxiliar ser-estar2 para formar los tiempos compuestos de los
verbos inacusativos.
6- Orden arcaico (OD+OI) de los pronombres átonos.
El rasgo 4 se mantiene plenamente vigente en catalán. El rasgo 5 es característico
del francés y del italiano estándar (pero no de muchos dialectos italorrománicos), en
catalán ya no es propio de la variedad estándar y ha desaparecido casi por completo de
las hablas vivas.
Los rasgos 4 y 5 están suficientemente representados en las hablas vivas aragonesas
(más el primero que el segundo) y se usan habitualmente en la variedad común. El rasgo 6
es más minoritario y no ha adquirido un uso tan generalizado en el protoestándar. En el
mundo románico, el rasgo 6 sólo se mantiene, con vacilaciones, en el occitano.
Dos innovaciones panrománicas
7- Amplio desarrollo de las construcciones de relativo "analíticas" o
"no canónicas" con pronombre reasuntivo.
8- Tendencia a simplificar la deixis espacial (demostrativos y locativos) reduciéndola
a 2 grados de proximidad.
La descripción incompleta y/o inadecuada de estos fenómenos ha impedido que, por
ahora, tengan el uso que se merecen en el aragonés literario común. El rasgo 7 sólo ha
llegado a ser exclusivo en rumano (desarrollado durante siglos sin presión normativista).
En la "Romania continua" tiene un uso en la lengua oral, y vivísimo como lo
prueban las críticas enérgicas y habituales de los preceptistas. En catalán un numeroso
grupo de lingüistas abogan por su uso en paridad, al menos con las construcciones
"latinizantes".
Por lo que respecta al rasgo 8 es la norma en los espacios galorrománico e
italorrománico, castellano, portugués y catalán (literario) han reconstruido desde el
siglo XVI los tres grados del latín. En catalán la distinción de 3 grados se aguanta a
duras penas en la variedad normativa (y en valenciano tal vez por influencia castellana).
Innovaciones de área más restringida
9- Desaparición de formas pronominales tónicas específicas para el uso preposicional
y sustitución por las formas del caso sujeto de 1ª y 2ª persona.
Es una innovación consolidada sólo en la Occitanoromania. En catalán, en 1ª
persona, se encuentra sólo en mallorquín y en variedades noroccidentales no normativas
(catalán ribagorzano y pallarés) con continuidad con el aragonés. Con la 2ª persona es
general en todo el dominio catalán. En castellano es un vulgarismo fuertemente
estigmatizado y ausente del estándar.
La negación
10- Existencia de palabras con polaridad positiva y otras con polaridad negativa,
incluso algunas (guaire) que sólo se utilizan en construcciones negativas o
hipotéticas (interrogativas, condicionales, interrogativas indirectas).
11- Relacionado con lo anterior: estructuras con doble negación y negaciones
expletivas.
12- Reforzadores de la negación (pas,...).
Algunos de estos elementos no faltan en las lenguas vecinas (incluyendo el castellano),
pero su uso presenta características peculiares y específicas en aragonés.
Características desaparecidas del área iberorrománica (en algunos
casos antes de haber completado su desarrollo)
13- Pleno uso como afijos verbales de los pronombres derivados de IBI e INDE.
14- Amplio uso de en/ne como atributo.
Los usos como procomplemento de los derivados de INDE (sobre todo) y de IBI se remontan
al latín vulgar y aparecen (ya como clíticos) en los primeros documentos románicos
(Juramentos de Estrasburgo). Su empleo se ha ido consolidando en una amplia zona de la
Romania y estos procomplementos han ido adquiriendo nuevas funciones y usos, algunos
característicos de cada lengua.
El rasgo 14 aproxima estrechamente al aragonés con el gascón, en menor medida con el
resto del occitano y con usos no normativos del catalán. Lo curioso es que toda el área
occitanorománica (incluyendo el catalán) posee un pronombre átono neutro derivado de
HOC que sirve (entre otras funciones) para pronominalizar el atributo. En el diasistema
aragonés solamente el benasqués posee este pronombre (hu/ue).
Rasgos privativos del aragonés
15- Abundancia de construcciones impersonales con sintagma nominal postverbal.
16- Imperfectos en -eba, -iba.
17- Un verbo copulativo ser-estar1 etimológicamente híbrido y
sincrético, con formas derivadas de ESSERE, STARE y SEDERE.
18- Uso de en/ne como clítico acusativo, sin distinción de género ni
número (pero representando sintagmas nominales determinados), en combinaciones OI+OD: le'n/li'n
, les ne/lis ne.
El rasgo 15 es posiblemente una propiedad típica de área lingüística (aragonés y
catalán noroccidental), aunque se observa en otros ámbitos (p. ej. en francés antiguo).
El rasgo 16 es aparentemente compartido por el italiano. Probablemente sean fenómenos
con causas diferentes, en el caso aragonés existe un área de continuidad lingüistica:
aragonés, catalán ribagorzano y zonas del gascón (que fueron más amplias en otras
épocas).
El rasgo 17 es, por lo que sabemos, exclusivo del aragonés. En los dominios
galorrománico y occitanorrománico existe un verbo copulativo sincrético, pero la mezcla
de formas en el paradigma aragonés es propia de este.
El 18 consolida una tendencia ya documentada, al menos, desde el siglo XV y que parece
haber ganado terreno compitiendo con otras soluciones propias del área ribagorzana.
Formación de palabras
19- Existencia de un conjunto muy característico de morfemas derivativos: -on,
-et, -az(o), -uz, -ut-, -ada, -alla, -era.
Estos morfemas configuran un área pirenaica (aragonés, gascón, catalán
noroccidental y más laxamente occitano y catalán oriental).
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